La mejor web
Llevamos ya cinco meses de pandemia global en plena era digital. Para algunos, tal vez muchos, son tiempos nuevos y difíciles. Pero para casi todos los adultos mayores, estos son tiempos angustiantes e inciertos. En primer lugar por el estrés que generó la noticia inicial de que la edad los hacía más propensos a enfermarse, y en segundo lugar porque en muchas comunidades los gobiernos propusieron un aislamiento social mucho más estricto sobre ellos. Para protegerlos, sí. Pero el costo emocional es alto para ellos. Y si viven solos, más grave.
Una de las consecuencias directas es poner la atención sobre internet. Todos nos volcamos a lo digital para mantener nuestra actividad social viva. Y nuestra supervivencia, en cierto modo.
Por esto, muchos servicios se han trasladado a las plataformas de internet, y ahora muchas de las actividades o trámites que realizábamos o que eran parte de nuestra rutina, debemos cumplirlas por la web.
¿Y los adultos mayores, y los más ancianos?
En Colombia, según censo del 2018, hay una población de 48.2 millones de habitantes, de los cuales los mayores de 65 años corresponden al 9.1%. Es decir, más de 4 millones de adultos. Si abrimos una línea más, mayores de 70 años estarían por el 5%.
Mi padre tiene 85 años. Vive solo. Es autónomo, está de buena salud y a hoy desde peinarse hasta cocinar lo hace sin ayuda. ¿Pero lo digital? Lleno de barreras. Partiendo de un teléfono que obliga pero que no ha sido pensado para su generación, con un sistema lleno de íconos, notificaciones, opciones, redes, publicidad engañosa y consecuentes desconfiguraciones.
Y si supera esa barrera, difícilmente logra adelantar la de los sitios web llenos de más anuncios emergentes que engañan el camino, de menús que aparecen y desaparecen sin control, de palabras de color que se funden con el color de fondo, tipografías minúsculas que no se ven y de botones e hipervínculos tan pequeños o tan juntos que al hacer click se toma la opción incorrecta.
Esto sin considerar que las instituciones y empresas de salud, de alimentación, de comercio básico y de comunicación esencial han optado en este tiempo por las apps. Mmm… dígale a un adulto mayor que instale una app en su celular o móvil. Descargar, diferenciar publicidad de contenido, instalar, inscribir, validar, usar. Plop y replop.
NO es una opción abstenerse de la web. Entonces, ¿Cómo volver este universo más apto para ellos y para todos aquellos que tienen algún tipo de disfuncionalidad o discapacidad? ¿Cómo ayudar a reducir un poco la angustia, la decepción y la frustración que genera el fallo en estos procesos?
Empatía. Empatía llevada al estudio y a la práctica, es decir, usabilidad y accesibilidad.
Claro, la primera salida podría ser ayudarles. Asistirlos. Incluso hacer la operación por ellos. Pero no debería ser así. Siempre he defendido la posición de que autonomía es vida. ¿Entonces, qué sigue?
Conocer cuáles son sus dificultades naturales y sociales es el primer paso. Envejecer trae consigo la reducción de los superpoderes que se tenían cuando joven. Los humanos nos hacemos más lentos física y mentalmente con la edad. Aprender es más difícil y la acción motora no es la misma. Además, se nos afectan progresivamente la visión y audición. Esto entonces, en el tema, significa que los clics, los arrastres de cursor desde el ratón y los toques en la pantalla sensible al tacto dejan de ser precisos; que se confunden las áreas de información, que la letra pequeña no se ve, que los elementos con bajos contrastes se pierden, que las funciones con plazos de minutos expiran o que la información sonora se pierde.
Hablé de llevar esta conciencia al estudio y a la práctica. ¿Qué es eso? En la web hay varias entidades y grupos que velan por ella misma, que revisan la web, que la reconsideran, que la regulan en algunos casos, pero sobretodo que la guían, buscando estandarizarla y hacerla un lugar más cómodo para todos. Encontramos, pues, entre esos, algunos que han promulgado unas pautas o normas para que todos aquellos que construimos contenedores de información y publicamos contenidos en internet, las acojamos con miras a que los objetivos se cumplan, ya sea sólo informar o ya sea realizar algún tipo de acción como pagar, descargar, instalar, suscribirse o cualquiera otra sin que ello cause frustración y molestia. Y que la tarea se resuelva con éxito independientemente de las características técnicas del equipo con el que se accede así como del nivel cultural o de las capacidades físicas de quien accede.
Para seguir enfocados en nuestro tema de la optimización hacia las personas mayores, hay unos grupos de conceptos que se deben considerar al ofrecer contenidos y herramientas digitales dirigidas a ellos.
No es posible enumerarlos todos ni sencillo adoptarlos. Trataré de dejar aquí los más sensibles:
Legibilidad
- Que los textos se adapten al tamaño de las pantallas. Para especialistas: Responsive.
- Letras grandes, legibles, sin tanto adorno. Es decir, fuentes en puntajes altos, tipografías sans serif: Arial, Helvética, etc.
- Buenos contrastes y que los colores de fondo no afecten la lectura. También que el color ayude a destacar y encontrar elementos. Una relación de contraste 4,5:1 ayuda mucho a personas con agudeza visual moderadamente baja, con pérdida de la sensibilidad al contraste por envejecimiento o con deficiencias leves en la capacidad de captar el color. Tip: Que si el color se ausenta el mensaje no se pierda.
- Usar la convención determinada para los vínculos: el famoso subrayado, ya que el color por sí solo no siempre es el indicador correcto. Sin embargo, si debe usarse un color como convención de vínculo, que apoye la identificación.
Orden. O amigabilidad, como mejor la captes.
- El contenido debe ordenarse automáticamente según el dispositivo. De nuevo: responsive.
- La navegación debe ser tan sencilla que un niño vaya al último nivel de la jeraquía de nuestro contenido y regrese sin dudas y sin tantos clics.
Funcionalidad
- Que todos los vínculos de nuestro contenido funcionen y bien.
- Los elementos esenciales deben estar muy visibles. Que al barrido visual que hace el usuario estos se destaquen.
- Que lo que tenga movimiento sea controlable, pues a veces el tiempo de lectura programado se hace corto. Pausa y avance.
- Cuando hay formularios, preguntas, y comandos de acción como botones de envío o descarga, deben tener un mensaje muy claro y concreto de qué es lo que se pregunta o a qué acción llevan.
- Evitar la publicidad excesiva, la que irrumpe y la que obstaculiza.
Audios y Videos
- Evitar obligar a instalar nuevos componentes o realizar cambios en los dispositivos para que al fin el contenido sea captado.
- Utilizar subtítulos en los videos.
- Tener siempre presente que podría perderse información si nuestro usuario tiene pérdida auditiva. No condicionar la informacíón a este formato.
En resumidas cuentas, hoy a medias del 2020, por motivos de la pandemia y del aislamiento, estamos obligados a proveer a la población mayor las facilidades para que puedan acceder a la informacion y al contenido. Pero no podemos perder de vista que a mediano y largo plazo, nosotros seremos esos adultos mayores y ancianos, y que, independientemente de con quién habitemos y hacia donde vaya la tecnología, tenemos eliminar todas esas barreras, fortalecer la alfabetización digital y garantizar y mantener las bases de la estandarización web.